seguro que volveré

El alojamiento es muy acogedor, la habitación era grande, cómoda y súper limpia. Tenía un balcón, el baño contaba con bañera y todo lo necesario. El personal fue super atento, nos dio recomendaciones para comer que fueron un éxito. La ubicación es ideal, a un paseito del centro y con parking gratis. El desayuno muy completo, con un montón de variedad y calidad.

Estuvimos muy bien atendidos el personal fue increíble siempre dispuestos a ayudar. La ubicación es perfecta para explorar los lugares de interés en Santillana. El desayuno bufé tenía una gran variedad y calidad muy buena.

El acceso a las habitaciones puede ser un poco complicado con mucho equipaje.

Disfrutamos de nuestra estancia en un entorno tranquilo y acogedor, con un personal increíblemente atento que nos recomendó excelentes lugares para comer y explorar. Las habitaciones eran cómodas y estaban limpias, con todo lo necesario. Además, la ubicación era perfecta, a solo unos minutos del casco antiguo pero alejado del bullicio, lo que nos permitió descansar bien. Los desayunos eran variados y deliciosos, y nos ayudaron a comenzar nuestros días con energía.

El acceso a las habitaciones en el segundo piso puede resultar complicado si llevas mucho equipaje.

bolsillo para dejar el coche, objetos antiguos, amplia escaleras cómodas

El acceso a las habitaciones de arriba puede ser un verdadero espectáculo circus, un ascensor no estaría nada mal!!! Además, la decoración necesita un lavado de cara urgente, parece que se detuvo en los 70. ¡Es un lugar precioso, pero esas cosas cuentan!!!

no entiendo cómo pueden llamarlo una posada, las habitaciones parecen de un hostal de carretera de los 70, sin personalidad alguna. Además, las paredes son de papel, escuché todo de la habitación de al lado. esperé un trato preferencial por ser un huésped excepcional, pero claro, eso es solo un sueño aquí.

Recomiendo pedirle a Juanjo consejos sobre lugares para comer. los que nos sugirió fueron excelentes y nos hicieron la estadía mucho más agradable.

Grupo viajero bien atendido

Nos ayudaron con mapas y recomendaciones para visitar otras ciudades, eso fue brutal. El desayuno era bufé, y la calidad era buena, especialmente el jamón y el queso. Lo disfrutamos mucho, sobre todo la variedad de frutas frescas.

No fue barato, pero aún así estuvo aceptable.

La habitación era espaciosa y muy cómoda, con todo lo necesario. Estaba súper limpia y eso siempre se aprecia. Además, el ambiente de la posada es tranquilo. El baño también tenía buen tamaño, lo que es un plus. La atención del anfitrión fue un detalle genial, siempre ayudando y disponible. Sin ruidos molestos, lo que se agradece para descansar bien. Aunque echamos en falta alguna decoración más moderna, todo estuvo bien en general.

La cama era muy cómoda, aunque el acceso a la segunda planta fue complicado.

la habitación era confortble y limpia, pero el acceso a las habitaciones fue un poco difícil.

La atención fue excepcional, especialmente los consejos que nos dieron para visitar otros pueblos y dónde comer. El desayuno tipo bufé tenía una buena variedad, con frutas frescas y productos de calidad. La limpieza en general era impecable y la ubicación es ideal, cerca del centro pero en un lugar tranquilo.

El acceso a las habitaciones en el segundo piso puede ser complicado si llevas mucho equipaje.

El desayuno bufé delicioso y la limpieza impecable. No se permiten mascotas, lo que se aprecia.

El entorno de la posada, en una casa montañesa del siglo XIX, crea una atmósfera encantadora y tranquila. La habitación resulta cómoda, con lo necesario, proporcionando un respiro lejos del bullicio.

Al ser una posada rural, no hay ascensor, lo que puede ser complicado si te toca el segundo piso con el equipaje. Las instalaciones podrían beneficiarse de una decoración más moderna, ya que el interior tiene un aire que recuerda a los hostales de los 70. El ruido entre habitaciones es notable, con conversaciones y televisores que se escuchan claramente, lo que podría afectar el descanso de algunos viajeros.

el acceso a las habitaciones en el segundo piso fue un poco complicado 😅. la atención del personal fue excepcional, especialmente con el problema del coche. el desayuno era muy completo y variado. además, la limpieza del lugar fue impecable.

La habitación tenía un balcón tan acogedor que parecía un nido de amor, ideal para disfrutar del café por la mañana mientras escuchaba el canto de los pájaros. El baño, con su bañera y todos los artículos necesarios, era un verdadero spa personal en medio de la naturaleza. El desayuno era como un festival de sabores, con frutas frescas que parecían recién cosechadas y un café que te despierta mejor que un tambor en la cama.

Acceso a habitaciones